En el maravilloso mundo de los famosos, donde las leyes parecen ser solo una sugerencia, Niurka Marcos ha decidido regalarnos un nuevo episodio de su reality personal. Esta vez, la «Reina del Escándalo» se indignó porque un agente de tránsito osó hacer su trabajo y la multó por no portar el cinturón de seguridad. Pero eso no es lo mejor: la actriz, con la confianza de quien cree estar por encima del bien y del mal, confesó sin pudor que lleva CUATRO AÑOS en Mérida sin cumplir con esa ‘insignificante’ obligación.
Y aquí nos preguntamos: ¿Por qué Niurka debería ser la excepción a la regla? ¿Acaso su estatus de celebridad le da inmunidad vial? Tal vez, en su mundo, los accidentes automovilísticos también son parte del show y las leyes de tránsito una simple escenografía.
Mientras los ciudadanos comunes y corrientes nos ponemos el cinturón de seguridad como si fuera algo importante (porque, bueno, lo es), Niurka parece creer que su nombre le otorga superpoderes para desafiar la gravedad y la seguridad vial. Quién necesita normas cuando se tienen seguidores en redes sociales, ¿verdad?
Lo que resulta aún más cómico (o trágico) es que este berrinche ocurre en un momento en el que Yucatán enfrenta retos serios en seguridad, desde el combate a la violencia hasta el tráfico de drogas. Pero claro, aquí lo verdaderamente preocupante es que a Niurka le pongan una multa. Prioridades, ¿no?
Si algo nos deja este episodio es una lección: en la era de los influencers y los personajes mediáticos, algunos creen que las reglas son opcionales y que exhibirse en redes sociales es un escudo contra la responsabilidad.
Pero, al final, la ley no es un guion de telenovela y, aunque a algunos les cueste creerlo, aplicarla no es persecución: es simplemente hacer lo correcto. Así que, Niurka, tal vez es hora de que empieces a jugar el papel de ciudadana responsable. Digo, por variar un poco.