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La historia de la canción peregrina, un amor prohibido

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La canción peregrina es una de las joyas de la trova yucateca, un género musical que se caracteriza por su lirismo y su romanticismo. Pero detrás de esta melodía hay una historia de amor y tragedia que involucra a dos personajes históricos: Felipe Carrillo Puerto y Alma Reed.

 

Felipe Carrillo Puerto fue un líder revolucionario y socialista que se convirtió en gobernador de Yucatán en 1922. Su gestión se destacó por impulsar reformas agrarias, educativas, laborales y culturales en favor de los indígenas mayas y los sectores populares. También fue un defensor de la autonomía regional y un crítico del gobierno central.

 

Alma Reed fue una periodista estadounidense que llegó a Yucatán en 1923 como corresponsal del periódico New York Times. Su misión era cubrir la reconstrucción de las ruinas arqueológicas de Chichén Itzá, que habían sido saqueadas por el explorador Edward Thompson. Reed se interesó por la cultura y la historia de Yucatán y pronto conoció al gobernador Carrillo Puerto, con quien entabló una relación amorosa.

 

El romance entre el político y la periodista causó revuelo en la sociedad yucateca y también en Estados Unidos, donde se cuestionaba la moralidad de Reed y se sospechaba de sus intenciones. Sin embargo, la pareja planeaba casarse y vivir juntos en México. Carrillo Puerto le encargó al poeta Luis Rosado Vega y al músico Ricardo Palmerín que le compusieran una canción a su amada, a la que llamó peregrina por su origen extranjero.

 

La canción peregrina es una declaración de amor que expresa la admiración y el respeto que Carrillo Puerto sentía por Reed. La letra dice:

 

Peregrina de ojos claros y divinos
y mejillas encendidas de arrebol;
mujercita de los labios purpurinos
y radiante cabellera como el sol.

Peregrina, que dejaste tus lugares,
los abetos y la nieve,
y la nieve virginal,
y viniste a refugiarte en mis palmares,
bajo el cielo de una tierra,
de mi tierra tropical.

Las canoras avecillas de mis prados
por cantarte dan sus trinos, si te ven,
y las flores de nectarios perfumados
te acarician y te besan
en los labios y en la sien.

Cuando dejes
mis palmares y mi tierra,
peregrina
del semblante encantador,

no te olvides,
no te olvides de mi tierra,
no te olvides,
no te olvides de mi amor.

Las canoras avecillas de mis prados
por cantarte dan sus trinos, si te ven,
y las flores de nectarios perfumados
te acarician y te besan
en los labios y en la sien.

Cuando dejes
mis palmares y mi tierra,
peregrina
del semblante encantador,

no te olvides,
no te olvides de mi tierra,
no te olvides,
no te olvides de mi amor

 

La canción fue estrenada en el teatro Peón Contreras de Mérida el 15 de septiembre de 1923, durante las fiestas patrias. Reed quedó conmovida por el gesto de su novio y ambos se abrazaron ante el aplauso del público.

 

Pero su felicidad duró poco. El 3 de enero de 1924, Carrillo Puerto fue derrocado por un golpe militar encabezado por el general Adolfo de la Huerta, quien se rebeló contra el presidente Álvaro Obregón. El gobernador y sus hermanos fueron capturados y fusilados sin juicio previo. Reed se enteró de la noticia cuando estaba en Nueva York preparando su boda y sufrió un colapso nervioso.

 

Reed regresó a Yucatán para reclamar el cuerpo de su amado, pero le fue negado. Entonces decidió escribir un libro sobre su vida y su obra, titulado Peregrina: Love and Death in Mexico (Peregrina: amor y muerte en México), que se publicó en 1939. En el libro, Reed denunció las injusticias que sufrió Carrillo Puerto y reivindicó su legado como un héroe popular.

 

La canción peregrina se convirtió en un símbolo del amor inmortal entre Carrillo Puerto y Reed, así como de la identidad yucateca. Ha sido interpretada por numerosos artistas

 

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